Muchos productos de la cocina, especialmente de repostería, se basan en las claras batidas a punto de nieve. Saber montar las claras es una técnica esencial en el mundo de la cocina, merengues, mouses, cremas, etc. la llevan como base. En realidad, el procedimiento no es complicado, pero hay que conocer bien los pasos a seguir y echar mano de algunos trucos para que el resultado sea exitoso, es decir, unas claras montadas a punto de nieve que queden bien firmes y esponjosas.
Los mejores trucos para hacer las claras a punto de nieve
Si te interesa realizar alguno de los postres para niños más deliciosos, o realizar repostería profesional, necesitarás conocer los mejores consejos para montar las claras de huevo.
Temperatura ambiente
Fundamental a la hora de comenzar a trabajar es hacerlo con los huevos a temperatura ambiente, por eso tenemos que darnos cuenta de sacarlos un tiempo antes de la nevera, porque si están fríos probablemente no van a subir como deberían.
Utensilios limpios
Los recipientes que utilicemos tienen que estar perfectamente limpios y libres de grasa, por eso es mejor lavarlos antes de usarlos y secarlos muy bien.
Huevos de mayor tamaño
Es mejor utilizar huevos grandes o medianos para trabajar con más cantidad de clara. Recordad que las yemas que separamos siempre podemos utilizarlas para otro tipo de preparaciones, ¡nada de tirarlas!
Separar correctamente las claras
Un paso fundamental del proceso es el de separar las claras de las yemas de las claras, es muy importante que la clara nos quede totalmente limpia, sin ningún resto de yema, por muy pequeño que nos parezca el trocito que se ha caído, al ser graso, debemos saber que puede conseguir que las claras no suban como queremos.
A la hora de separarlas podemos utilizar la propia cáscara de huevo, para ir seleccionando las claras, pasando la yema de un lado a otro. Hay también quien utiliza la propia mano, abriendo ligeramente los dedos para que la clara se vaya escurriendo. Por último hay en el mercado utensilios destinados únicamente a este fin.
También existe la opción de comprar claras pasteurizadas que se encuentran a la venta en los mercados, evitaremos así tener cualquier tipo de contacto con la salmonella.
Sal para disolver las proteínas
Una vez colocadas las claras en el cacharro que vayamos a utilizar para trabajar sobre ellas les echamos un a pizca de sal que, según la mayoría de los cocineros, sirve para que se disuelvan mejor las proteínas presentes en las claras. Es el momento de empezar a batir con la batidora, eléctrica o manual, según nuestras herramientas y criterio. Se comienza a batir de abajo hacia arriba, en principio colocando la batidora abajo del todo, en contacto con la superficie. Se bate cada vez más fuerte.
Añadir azúcar al batir
En caso de querer hacer merengue, debemos echar el azúcar en el momento en el que al batir veamos que se empieza a hacer un poco de espuma blanca. Añadiremos a razón de una cucharada de azúcar por huevo utilizado. Con la solidez del azúcar conseguiremos que el merengue suba mucho más deprisa.
Determina la densidad necesaria para tu receta
Dependiendo de la receta que estemos elaborando necesitaremos un determinado grado de densidad de la espuma, por eso debemos saber que las claras pasan por diferentes etapas mientras las estamos batiendo. Espumosa es la primera fase, cuando las claras empiezan a adquirir ese tono blanquecino y muchas burbujitas. Puntas blandas, cuando ya tiene esa consistencia de espuma, pero aún no es firme. La siguiente es fase de puntas rígidas, la espuma ya es mucho más compacta pero aún no tiene el grado de densidad adecuado para un merengue, por ejemplo. Por último estaría el punto de nieve.
¿Te atreves a volcar el recipiente sobre tu cabeza para ver si has logrado el objetivo? De estar bien hechas las claras no se moverán del cacharro, pero de no ser así tendrás que irte directo a la ducha.
Conociendo esta técnica, podrás elaborar este sabroso bizcocho sin gluten para celíacos que podrán disfrutar todo el mundo el mundo que lo desee.