El pescado es un alimento imprescindible para una alimentación saludable, y lo cierto es que es una suerte, pues hay un sinfín de recetas deliciosas que se pueden hacer con él. La variedad es amplísima, desde un suculento salmón a una merluza fresca. Ahora bien, como cualquier alimento, cuanto mejor cocinado esté, más propiedades tendrá. Además, un pescado mal cocinado no tendrá la textura que esperamos, delicada y tierna. Te damos algunos trucos para cocinar el pescado en tus recetas y que quede insuperable.
1. Elige siempre un pescado fresco
Aunque el pescado congelado está bien, si quieres lucirte en un plato, mejor comprar pescado fresco. Para ello, fíjate siempre en que tenga el cuerpo rígido, los ojos claros, las aletas húmedas y las escamas brillantes. Las agallas, además, deben tener un color rojo vivo. En caso de que estas características no se cumplan, seguramente estarás ante un pescado que nada tiene de fresco.
Importante el tema de los ojos, pues con este único detalle es suficiente para apreciar si es fresco. Deben ser saltones, si están hundidos y blanquecinos, definitivamente no es fresco. Además, el olor es también un indicador. Un pescado con olor a amoníaco o rancio será siempre mala señal.
2. Limpiar bien el pescado
Aunque parezca una obviedad, limpiar bien el pescado será muy necesario para el resultado final. Debes hacerlo con mucho cuidado, lavando bien la pieza y escamando minuciosamente. Para escamar, coge un cuchillo y raspa el pescado en sentido contrario a las escamas. Otra manera de hacerlo, más sencilla, es meter el pescado en agua hirviendo durante unos segundos. Inmediatamente después, deberás meterlo en agua fría, así las escamas se soltarán con mucha más facilidad.
Si quieres cocinar el pescado sin piel, debes frotarlo con sal gorda previamente. Luego tienes que quitarle las aletas exteriores con tijeras.
3. Escoger siempre el mejor método de cocción
No hay duda de que una buena receta a base de pescado implica la mejor manera de cocinarlo. El pescado hervido, por ejemplo, es sencillo. Debes pasar la pieza por un chorro de agua fresca y después ponerlo a cocer en agua con sal. No metas el pescado cuando esté hirviendo. Mételo cuando aún esté el agua tibia. Además, el calor debe ser moderado para que no se quedes excesivamente seco.
Muchos pescados pueden hacerse al horno y quedan deliciosos, como la lubina o la dorada. Para ello, es mejor marinarlo en aceite y limón previamente para que no pierda todo su jugo.
Si prefieres el pescado frito, recuerda que la mejor temperatura para hacerlo correctamente es a 180º. Si además vas a rebozarlo previamente, un buen truco es sumergir el pescado previamente en leche antes de enharinarlo.
¿Te gusta el pescado al vapor? Lo cierto es que pocos métodos de cocción hacen que el pescado quede con una textura tan esponjosa. Para cocinar el pescado al vapor, debes untar el recipiente en el que se va a cocinar con aceite. No añadas el pescado hasta que el agua esté hirviendo, de esta forma no se te pegará.
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4. La regla de los 10 minutos
Muchas veces, cuando hacemos el pescado a la plancha, nos pasamos con el tiempo de fuego. La regla de los 10 minutos establece que hay que dejar el pescado sobre la plancha 5 minutos por cada lado. Si el pescado es muy fino, reduce este tiempo a la mitad. De esta forma, siempre tendrás un pescado jugoso.
5. Descongelar el pescado
Sí, lo ideal es cocinar el pescado fresco. No obstante, somos conscientes de que no siempre es posible. Hay también opciones para que al descongelar el pescado quede bien. Para empezar, hacerlo de una forma correcta. Sumerge el pescado en agua fría con 2 o 3 cucharadas de sal durante 1 hora. Así, el pescado conservará todo su sabor. Además, también puedes sumergirlo en leche, con el fin de que quede más jugoso.
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