En este artículo, más que una receta de comida para tus peques, lo que vamos a hacer es explicarte los pasos que has de dar para preparar bien su biberón cuando aún no está en edad de comer esas deliciosas recetas que siempre te proponemos.
Porque quizá preparar el biberón a nuestros hijos parezca de la cosas más básicas y sencillas a la hora de pensar en el sin fin de actividades que se nos presentarán al momento de iniciar esta etapa de madre, y sin embargo a la gran mayoría nos ha surgido algún tipo de inconveniente o duda en el momento de prepararlo.
Por ello, hemos elaborado una serie de pasos a tener en cuenta para dar a nuestros bebés un biberón bien preparado y sin complicación alguna.
Hervir o no el agua
¿Cuál es la importancia del punto de ebullición del agua? Es tan sencillo como que la leche en polvo no es estéril, así como tampoco el agua que empleamos para la mezcla, y de este modo eliminamos posibles patógenos. Así que sí, es necesario hervirla. O en su defecto utilizar alguno de los métodos homologados de venta en farmacias para eliminar cualquier patógeno sin necesidad de hervir.
Si optas por el método de hervirla, en el momento en que hierve el agua ésta se encuentra a 100ºC. Como a esta temperatura es imposible que la leche en polvo pueda mezclarse, es necesario esperar un poco para que la temperatura baje a los 90ºC o 70ºC.
Verter la proporción adecuada de leche en polvo
Después de haber dejado pasar el tiempo necesario para que el agua tenga la temperatura adecuada, debemos echar el polvo equivalente a la cantidad adecuada de leche, es decir, una porción de las que incluyen los botes de leche o una cucharada por cada 30 ml de agua, y agitar hasta lograr una mezcla homogénea.
Duración de un biberón a temperatura ambiente
Otra de las preocupaciones más comunes es saber si todavía es posible dar a nuestro pequeño la leche después de un determinado tiempo de su preparación. Si bien esto puede variar en cada caso -ya que depende de las condiciones climáticas de cada región-, existe un margen de 2 horas después de su preparación para que nuestro hijo pueda consumirla. Pasado ese lapso de tiempo, lo más recomendable es evitar su consumo para prevenir posibles molestias al pequeño, como acidez de estómago en niños o diarrea.