¿Qué tipos de cobertura para repostería debemos usar?
Tartas, pasteles, galletas o magdalenas. Cualquier dulce que se precie tiene que tener una buena cobertura. Así, en la repostería de aquí y en cualquier parte del mundo, las técnicas para cubrir los dulces son muchísimas. Hay coberturas para repostería con muchísima historia. Luego hay otras más nuevas que intentan experimentar con ingredientes y sabores. Hoy te hablamos de las que, a nuestro parecer, podrían ser las coberturas más famosas. Las imprescindibles. Esas coberturas que nunca fallan y que pueden apreciarse en un sinfín de dulces tradicionales.
1. Cobertura para repostería a base de crema chantilly
Esta cobertura cuenta con muchísima historia. Fue creada por un chef del castillo Chantilly allá por el siglo XVII, así que tiempo, lo que se dice tiempo, tiene. Esta deliciosa y delicada cobertura se elabora a partir de nata montada. Aunque se puede hacer más dulce, lo cierto es que suele ser un poco más suave, presentada al natural, sin azúcar y aromatizada con otros ingredientes. Es un ingrediente imprescindible para mousses, aunque se usa también mucho para acompañar frutas. Imaginad unas fresas con esta crema. También puede ser la guinda perfecta para una taza de chocolate caliente. No obstante, no olvidemos que como cobertura para tartas es un clásico.
Monta la nata perfecta con estos trucos
2. Chocolate fundido
El chocolate es uno de imprescindibles en la repostería. La cobertura de chocolate fundido, además de ser sencilla de preparar y aplicar, queda francamente bien en todo tipo de tartas y pasteles. Aunque se puede hacer con muchos tipos de chocolate, lo ideal es comprar el chocolate especial para cobertura y fundirlo al baño maría. Si quieres, puedes añadirle un poco de mantequilla o nata para que tenga una textura un poco diferente. Como comentábamos, para tartas y pasteles es perfecto, pero no podemos olvidarnos de que esta cobertura queda genial a la hora de cubrir fruta, por ejemplo.
3. Fondant
El fondant está de moda. Esta cobertura se hace a partir de almíbar. Se presenta en una especie de masa blanda que se trabaja a fuego lento con espátula. Es la cobertura más común cuando hablamos de tartas de bodas, cumpleaños o incluso en cupcakes y galletas. Esto es debido a que esta cobertura da mucho juego para moldearla y hacer figuras de todo tipo. Es excesivamente dulce, pero se puede contrarrestar con rellenos menos potentes.
4. Buttercream
Es uno de los frosting o coberturas más usados en la decoración de cupcakes. No es complicada de hacer, aunque requiere su técnica. Hay varias recetas interesantes. La clásica sería con azúcar glas o impalpable, un poco de leche o crema de leche, extracto de vainilla y mantequilla. A esta masa cremosa que se obtiene, se le puede (y suele) añadir desde colorantes hasta chocolate o incluso especias. Después, con una manga pastelera, lograrás esos diseños tan bonitos que quedan tan bien en los cupcakes.
5. Queso crema
Es una variante de la anterior cobertura. Tiene más o menos la misma textura, aunque cuenta con un toque más dulce. Se hace con los mismos ingredientes que el fondant, aunque la nata o crema de leche se sustituye por queso crema o queso de untar.
6. Glaseado
El glaseado lo hemos visto infinidad de veces en tartas y pasteles. Hay que diferenciar entre glaseado o glasé real (Royal Icing), que es la cobertura básica que se usa en galletas y está hecha con azúcar glas y agua, y el glaseado real o royal icing, que es una cobertura un poco más consistente. A la segunda se le añade huevo y un poco de limón, por eso luego queda un poco más dura y sirve para hacer los motivos decorativos de galletas y demás dulces.