Cada Nochevieja hay una tradición que repetimos año tras año como si fuera un ritual: comernos 12 uvas, una por cada campanada que anuncia el final del año y el inicio de otro nuevo. Un ritual maravilloso para unos, pero que puede convertirse en una tortura para otros. Siempre hay alguien a quien no le gusta la uva, otros que son incapaces de seguir el ritmo y tragar el tamaño de las uvas, los hay que incluso acaban atragantándose todos los años y terminan pasando un mal rato. Pero ¿quiere decir esto que estas personas tienen que renunciar a esta tradición? Nada más lejos de la realidad. Aunque no lo creas, existen múltiples alternativas a las uvas para poder celebrar el final del año como toca. ¿Quieres saber qué opciones tenemos?
1. Gajos de mandarina
Esta opción no es válida para aquellos que tienen problemas de tamaño y de atragantamiento con las uvas, ya que los gajos de mandarina son más grandes. En cambio, si queremos una alternativa saludable porque no nos gusta el sabor de las uvas, los gajos de mandarina son la mejor elección. Eso sí, elige aquellas que no tengan huesos en su interior para no tener que ir expulsandolos entre campanada y campanada.
2. Lacasitos o Conguitos
Menos sano que la opción anterior pero sí mucho más pequeños, tanto en comparación con las uvas como respecto a los gajos de mandarina. Además es una de las alternativas a las uvas de Nochevieja más dulces, ya que consiste en grageas de chocolate recubiertas de azúcar de colores. También puedes elegir comerte los 12 lacasitos del mismo color o de colores distintos ¡Tú eliges!
Si en lugar de Lacasitos, eres más de Conguitos, también puedes optar por cambiar las uvas de la suerte por estos cacahuetes recubiertos de chocolate. Al igual que las pastillas de colores, le darán un toque dulce a tus campanadas de fin de año.
3. Arándanos y frambuesas
Si no queremos añadir más azúcar a nuestro menú navideño, estos frutos rojos son otra de las opciones sanas que tenemos frente a las uvas. Su reducido tamaño y su mezcla de sabores entre la dulzura y la acidez, lo convierten en el sustituto perfecto tanto para aquellos a los que no les gustan las uvas como para aquellos que tienen problemas para tragárselas cada Nochevieja. Puedes probar un año sólo con arándanos, otro sólo con frambuesas o probar a mezclar ambos frutos: 6 arándanos junto a 6 frambuesas.
4. Aceitunas
¿Y si le damos a las campanadas de Nochevieja un toque salado? La mayoría de sustitutos de las uvas son dulces, pero hay a quienes no les gusta el dulce, así que ¿por qué no ofrecerles también una alternativa salada a las uvas? En este caso optaremos por las aceitunas, sin hueso por supuesto, y lo más naturales posibles. Nada de vinagretas o caldos que nos puedan jugar una mala pasada y acabar atragantándonos igualmente.
5. Gominolas
Estas sin duda, serán las sustitutas preferidas por los más pequeños de la casa (y aquellos no tan pequeños pero amantes del dulce). No obstante, para poder comer gominolas en Nochevieja en lugar de uvas, debemos elegir gominolas pequeñas, jugosas y que no sean excesivamente gomosas. Sólo así conseguiremos que tanto niños como adultos se las puedan comer sin problemas.
6. Frutos secos y legumbres
Los italianos tienen como tradición cenar lentejas en Nochevieja, mientras que en algunas partes de España existe la tradición de comer 12 garbanzos cocidos en lugar de uvas. Así que si quieres otra alternativa salada, las legumbres cocidas pueden ser una gran elección. Lo mismo sucede con los frutos secos, aunque lo más recomendable es que elijamos los más pequeños y con formas redondeadas, como pueden ser los cacahuetes y las avellanas.