Los ácidos grasos Omega 3 contribuyen al desarrollo del sistema nervioso y el cerebro, muy importante en etapas de crecimiento infantil.
Los alimentos más ricos en ácidos grasos Omega 3 son los pescados azules, como el salmón, las sardinas, la caballa o el salmonete, entre otros.
Si te cuesta que tus niños coman pescado, puedes aportarles una buena cantidad de ácidos grasos Omega 3 mediante otros alimentos como las nueces, las pipas u otras semillas.
Hoy en día, debido a la importancia de este tipo de ácidos, existen alimentos enriquecidos, como por ejemplo la leche con Omega 3, huevos o galletas enriquecidas.