Si pensáis que las hierbas provenzales y las finas hierbas son la misma cosa, comenzamos este artículo diciéndonos que no. En realidad se trata de combinaciones distintas de hierbas aromáticas, cada una procedente de un lugar distinto.
Tradicionalmente, la cocina de cada país o de cada región se basaba en los alimentos propios del lugar en función del clima y de las estaciones. El sabor del alimento principal ya fuese un guiso de carne, de pescado o incluso de verduras, se trataba de realzar a base de hierbas y especias.
Hoy en día, con la cultura globalizada, podemos encontrar en nuestros mercados casi cualquier producto de cualquier región y temporada, pero no debemos olvidar que no siempre fue así y que la cocina tradicional sigue marcando algunas tendencias.
¿Qué son las hierbas provenzales?
Las hierbas provenzales son una mezcla de plantas aromáticas procedentes del Mediterráneo, concretamente, y como su propio nombre indica, de la región de la Provenza situada en el sureste francés. Podemos encontrarlas tanto en su versión fresca como en su versión seca. Hay distintas variantes, pero lo más habitual es que esta combinación de hierbas esté compuesta por el tomillo, el romero, la albahaca, la mejorana, el perifollo, el estragón, el hinojo y la lavanda. En ocasiones pueden llevar también ajedrea, salvia y laurel.
Su valor culinario empezó a resaltarse a partir de 1970. Los grandes chefs mantienen que, con la combinación ideal de estas hierbas, el comensal tiene que conseguir que el sabor le transporte a un día soleado del sureste de Francia. Obviamente, cada maestrillo tiene su librillo y cada cocinero encuentra la combinación ideal de hierbas de una manera diferente.
Comercialmente las hierbas provenzales en venden ya mezcladas. Van especialmente bien en elaboraciones hechas a la brasa, pero todo buen amante de la cocina sabe que se pueden utilizar perfectamente en carnes, verduras, arroces, pescados e incluso en pastas y también como aderezo de las ensaladas
¿Qué son las finas hierbas?
Se trata también de una combinación de hierbas aromáticas clásicas en la cocina francesa. Pueden utilizarse también frescas o deshidratadas para que se conserven mejor. Si tenemos paciencia y un poco de espacio podemos tener nuestra propia combinación de finas hierbas frescas en macetas en la ventana.
La mezcla de las finas hierbas puede variar según el plato que estemos haciendo, pero por lo general está compuesta de cebollino, perejil, perifollo y estragón. En ocasiones se les añaden también otras que amplían la posibilidad de combinación como son la mejorana, la albahaca, el apio, el cilantro, el tomillo y el eneldo.
Una de las claves de la efectividad de las finas hierbas en los platos es picarlas muy finas para que se mezclen bien entre ellas y se integren perfectamente con el resto de los ingredientes de manera que ninguna destaque demasiado.
Las finas hierbas van bien con las tortillas, los crepes, las salsas, las carnes cocinadas de diversas maneras, también con los pescados, las vinagretas, los aderezos o salsas de las ensaladas, etc.
¿Son mejores las hierbas provenzales o las finas hierbas?
Obviamente la respuesta es que ninguna, todo dependerá del plato que estemos realizando y de los gustos de los comensales. Una cuestión importante a tener en cuenta es que tanto unas como otras, deben incorporarse al final del plato, para conseguir que no pierdan su potencia aromática y mantengan su sabor.
A la hora de usarlas nunca debemos de perder de vista que su función es aportar aroma y sabor, pero siempre con la finalidad de conseguir realzar el sabor del producto principal. Si una hierba o una combinación de hierbas se convierten en las protagonistas del plato al ser usadas en exceso, probablemente los paladares se cansarán pronto y no resultará agradable.