Salsa andaluza
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La mayonesa es, posiblemente, una de las bases más interesantes en cuanto a salsas se refiere. Son muchísimas las salsas que han surgido a raíz de ella. Variaciones en las que se añaden otros ingredientes que terminan de darle un toque diferente, ya sea avinagrado, dulce o agrio. La salsa andaluza es un excelente ejemplo, un ejemplo que conocen muy bien en el sur y que se ha convertido en el mejor de los condimentos en muchas de las tapas que se presentan en esta tierra.
¿Qué es la salsa andaluza?
La salsa andaluza es una salsa que nace a partir de la mayonesa. Una salsa a la que se le añade pimientos y perejil. No sirve cualquier pimiento, no. A la salsa andaluza hay que añadirle pimiento del piquillo. Deliciosos pimientos, con un sabor tan particular, que son los encargados de darle es toque rojizo que tanto la caracteriza. Una mayonesa, por tanto, enriquecida, que en Andalucía sirve con todo tipo de recetas.
Lo cierto es que es precisamente ese color rojizo, junto con su consistencia, el que hace que la salsa andaluza parezca más un gazpacho. Pero nada debe conducirnos a ese error una vez se encuentre con nuestras papilas gustativas. Un sabor diferente que en Andalucía se mezcla con todo tipo de platos, desde patatas fritas hasta ensaladas. Sí, la salsa andaluza se puede servir con tiras de pollo o incluso con garbanzos. Es más, en muchas tabernas se sirve en tarrinas para “dipear” con crudites de verdura.
El origen de la salsa
Como comentábamos, el origen de la salsa andaluza es bastante complicado. Lo que está claro es que es una salsa que deriva de la mayonesa. Teniendo en cuenta que la mayonesa se originó o bien en Francia o bien en Mahón, ya podemos encontrar varios lugares dónde posiblemente nació.
No obstante, hay que añadir que se conocen dos tipos de salsa con este mismo nombre. La salsa andaluza como tal, la conocemos en Andalucía, pero también hay otra salsa similar que se usa en Bélgica. Muchos dicen que esta es la que tiene origen francés, la llamada Sauce Andalouse. Aquí en Bélgica la usan como condimento para diversos platos, desde las famosas patatas fritas hasta los famosos mejillones belgas.