Raclette
La raclette podría definirse como una especie de fondue típica de una región suiza. Un auténtico manjar que se degusta en compañía y que, como en el caso de la fondue, cuenta con el queso como protagonista.
¿Qué es la raclette?
Para empezar, tenemos que diferenciar entre la raclette y el raclette; y es que en femenino nos referimos al plato en sí, mientras que con el masculino hacemos referencia a un tipo de queso.
La raclette es una preparación típica del cantón de Valais en Suiza, en la que, además del queso, intervienen diferentes ingredientes. Así, en una raclette también aparecen las patatas, los embutidos y carnes, el pepinillo y, evidentemente, el queso raclette.
Todos estos ingredientes se cocinan en un aparato eléctrico del mismo nombre. El aparato eléctrico cuenta con una plancha en la superficie para cocinar los alimentos. En la parte inferior encontramos unos pequeños cuencos o bandejas individuales en las que se derrite el queso.
Tradicionalmente se derretía el queso acercándolo a una fuente de calor como pueda ser un horno o brasas. No obstante, hoy en día se usa este aparato, siendo un plato tradicional que se consume en familia o con amigos. Un plato que, además, se acompaña normalmente de bebida caliente o con vino blanco ligero.
El queso raclette
Por otro lado, tendríamos el queso raclette, que sería el queso que le dio el nombre a este plato. Es un queso suizo de este cantón del Valais. Está hecho con leche cruda de vaca, y normalmente ese presenta en una gran rueda de unos 6 kg aproximadamente.
Este queso es tan apreciado, que se han creado variantes del raclette original, variantes al vino blanco, ahumado, a la pimienta o a las finas hierbas. Todos ellos pueden formar parte de este plato tan tradicional.
El periodo óptimo de degustación de este queso se extiende de noviembre a febrero. Es un queso con una curación de tres a seis meses, aunque realmente, y dado el éxito de este en el resto del mundo, cualquier época del año es buena para probarlo.