Son muchas las recetas de cocina, en especial si estamos hablando de repostería, las que nos mandan desleír un producto. La definición exacta de desleír viene a ser: “Disolver las partes de un cuerpo con un líquido”, en cocina lo traducimos como “mezclar una sustancia espesante como por ejemplo puede ser la levadura, con un poco de líquido, ya sea agua, leche o caldo, con la finalidad de obtener un compuesto homogéneo que se añade a un líquido caliente para lograr espesarlo.

Uno de los productos que más habitualmente se nos indica que desliamos para usarlo es la harina de maíz (Maicena). Para hacer una masa densa, tipo papilla,  hay que desleír el harina de maíz en medio vaso de leche fría, antes de añadírselo al resto de la leche caliente y dejarla que se haga removiendo poco a poco.

A la hora de hacer gelatina también tenemos que desleír los polvos, esta vez en agua bien caliente, para que posteriormente al ir enfriándose se conviertan en una masa más compacta, con la típica textura que la caracteriza.

Otro producto susceptible de desleírse es, por ejemplo el azafrán, que puede desleírse en un poco de caldo y consigue aportar un sabor muy interesante a los platos

Truco para desleír las yemas de huevo

A veces, en alguna receta se nos pide que desliamos las yemas de los huevos, pero si se les añade de golpe un líquido caliente, lo más fácil es que se corten y se formen unos gránulos duros. Para evitar esto hay un truco que es calentarlas poco a poco. En una taza se echan las yemas y se mueven con una cuchara, se templan un poco y después de manera paulatina se les van añadiendo a cucharadas el caldo, el agua o la salsa caliente según corresponda a la receta que estemos haciendo

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