Desalar
El término desalar o desalinizar quiere decir, como es evidente, quitarle la sal a algo. Por lo general se desalan los pescados, la cecina o el jamón.
¿Cómo desalar el bacalao?
En primer lugar, retiramos el exceso de sal del exterior del bacalao pasándolo por debajo del chorro de agua fría directamente del grifo. Tiene que ser agua fría para que no afecte al pescado. Lo mantendremos bajo el chorro hasta conseguir eliminar toda la sal del exterior del bacalao.
Una vez eliminada la sal, troceamos el bacalao y lo introducimos en una fuente honda. Cubrimos bien con agua fría y lo tapamos con plástico de cocina. Como debemos mantenerlo a una temperatura constante es mejor introducirlo en el frigorífico.
Es un proceso largo, en el que habremos de cambiar el agua tres o cuatro veces en función del grosor de las piezas de bacalao. Las cambiaremos cada 12 horas aproximadamente, teniendo mucho cuidado de trabajar siempre con agua fría para que el pescado no se deteriore.
La última precaución que debemos tener antes de cocinarlo es escurrirlo y secarlo bien.
¿Qué hacer para desalar el jamón?
A veces el jamón que compramos está muy salado y puede resultar demasiado para nuestros platos. Si queremos añadir jamón a un guiso pero no queremos que quede demasiado salado podemos utilizar un truco muy sencillo.
Simplemente se trata de introducir el jamón dentro de un plato con leche tibia durante un cuarto de hora, nos aseguraremos así de que esté desalado a la hora de cocinarlo.
Este mismo truco sirve también para el lacón y la cecina, incluso, si están demasiado salados, puede alargarse el tiempo y mantenerlos inmersos en la leche tibia un par de horas previas a su cocinado. Después lo lavaremos con agua para dejarlo limpio y lo dejaremos secar a temperatura ambiente.
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