Todos sabemos lo que es barnizar un objeto, aplicar un tipo de pintura especial, a un mueble, puerta, etc. con la finalidad de darle brillo y protegerlo de los agentes que pueden afectarlo con el paso del tiempo. En cocina el término tiene un significado similar, aunque obviamente utilizamos productos comestibles como barniz. Por lo general la técnica de barnizar se utiliza en el ámbito de la repostería, aunque a también se barnizan carnes y pescados, barnizar una pieza le ofrece un aspecto final mucho más llamativo y apetecible.

Dependiendo del tipo de alimento del que hablemos podemos barnizar con aceite, huevo, mermelada o cualquier tipo de salsa.

Especialmente se suelen barnizar las pastas, se utiliza un huevo batido que puede desleírse un poco en agua o leche, una vez que cuece gracias a este barniz la corteza queda brillante. Con el huevo entero, o en ocasiones solo con la yema suelen barnizarse los hojaldres, las empanadas, la pasta choux etc. Otro tipo de barniz puede ser una mezcla de huevo y caramelos que le va muy bien a los bizcochos, o de leche o agua mezclada con miel, que además del brillo da un determinado toque dulce a nuestro bizcocho.

Pinceles para barnizar

Obviamente para barnizar contaremos con un pincel que empleemos en la cocina y solo con esta finalidad, procurando dejarlo perfectamente limpio entre un uso y otro.

En la actualidad hay pinceles de silicona, los hay de diferentes precios y calidades, de grosor y flexibilidad. Se trata de un utensilio de cocina muy barato que realmente merece la pena tener en nuestra cocina. Una de las ventajas de los pinceles de silicona con respecto a los tradicionales es que son resistentes a las altas temperaturas y además son resistentes a los sabores y los olores y se pueden lavar en el lavavajillas.