El pimiento es el fruto de la planta del mismo nombre, es hueco. Su origen está en Sudaméríca, particularmente en México, Bolivia y Perú. Fue Colón quien los trajo por primera vez a Europa alá por el año 1493. En España comenzó a cultivarse en el s. XVI, pues aunque procede de climas cálidos, la planta se adapta bien a ambientes más fríos. De España su cultivo se extendió al resto de Europa.
Como todos los productos procedentes de América, el pimiento supuso una transformación en la manera de concebir la gastronomía. Empezó utilizándose como complemento de otra especia, la pimienta negra, pero prácticamente acabó siendo su sustituto. Hasta comienzos del siglo XX no surgieron las variedades de pimientos de sabor más suave y más carnosas, que son las más consumidas en la actualidad.
Hay muchas maneras de consumir los pimientos, pero una de las más populares y también ricas es comerlo asados, como complemento de otras recetas. Lo cierto es que crudos a muchas personas les resultan indigestos, pero al asar los pimientos se les suele quitar la piel lo que ayuda a que sean mucho más digestivos pero sigan conservando un magnífico sabor. Aquí os dejamos tres maneras muy sencillas de asarlos.
Ingredientes:
En las tres recetas los ingredientes serán los mismos:
- 1 kilogramos de pimientos carnosos (aunque os parezcan muchos tened en cuenta que van a menguar mucho)
- Un chorro abundante de aceite de oliva
- Sal
Los tiempos de asado que indicamos son aproximados, para que los tengáis en cuenta, pero evidentemente debéis de adaptarlos a la cantidad de pimientos que vayáis a asa vosotros.
Asar pimientos en el horno
Quizás parezca la opción más lógica, probar a asar los pimientos en el horno. La manera de proceder es muy sencilla:
- En primer lugar precalentamos el horno durante unos quince minutos a unos 180 grados.
- Entre tanto vamos preparando la bandeja del horno colocándole papel de aluminio para evitar que los pimientos se peguen mientras se están haciendo.
- Colocamos los pimientos en la bandeja, los bañamos con un abundante chorro de aceite de oliva y los salamos a gusto con sal fina. Consulta las alternativas a cocinar sin aceite y utiliza la forma que desees.
- Los metemos al horno y dejamos que se vayan haciendo poco a poco. Aproximadamente cada 20 minutos tendremos cuidado de darles la vuelta. Si en algún momento observamos que se queman un poco por un lado no debemos preocuparnos, porque así quedarán más sabrosos. En aproximadamente una hora los pimientos estarán asados.
Asar pimientos en la sartén
El proceso de asar los pimientos en sartén no difiere mucho de hacerlo al horno, tan solo habremos de estar más pendientes. Ponemos los pimientos en una sartén más bien honda, los bañamos con un chorro abundante de aceite de oliva y añadimos la sal. Entonces dejamos que se vayan haciendo poco a poco a fuego lento. En el momento en que veamos que empiezan a quemarse un poco por un lado les damos la vuelta para que se hagan por el otro.
Asar los pimientos en la olla exprés
Solo tenemos que lavar los pimientos e introducirlos en la olla. Los bañamos en aceite como en los casos anteriores y le añadimos la sal. Tapamos la olla y desde que el vapor empiece a salir calculamos unos 5 minutos. Recordad no abrir la olla antes de que haya salido el vapor. La ventaja obvia de este método es la rapidez.
Como hemos dicho a los pimientos asados es fácil quitarles la piel, ganando en digestibilidad. Para hacerlo introducimos en una bolsa de plástico los pimientos asados cuando están calientes. Cerramos la bolsa lo mejor posible y esperamos a que se enfrían los pimientos, cuando lo hayan hecho será muy fácil quitarles la piel.
Estos tres métodos de asado implican que los pimientos soltarán muchos jugos, estos no debemos desperdiciarlos porque son muy sabrosos. Utiliza esta técnica para realizar un buen sofrito de verduras con el que podrás sorprender a todos tus invitados.