¿Cuántos tipos de tarta de queso podemos cocinar?
El queso es uno de esos alimentos versátiles que nos permite hacer un sinfín de recetas diferentes. No obstante, si hay algo ante lo que todos, o casi todos, salivamos es, sin duda, las deliciosas tartas de queso. Recetas de tartas de queso hay muchísimas. Ten en cuenta que es un ingrediente al que se pueden añadir muchos otros. Acepta muchos sabores. No obstante, podemos hacer dos grandes distinciones. Te hablamos sobre cuántos tipos de tarta de queso podemos cocinar, principalmente tartas de queso sin horno y tartas de queso con horno.
Tartas de queso sin horno
Las tartas de queso sin horno, las que se hacen en frío, deben hacerse con un coagulante que actúa inmediatamente al enfriar. Aunque hay muchos coagulantes alimenticios, dos buenos ejemplos podrían ser las tartas de queso hechas con gelatina y las que están hechas con cuajada. Tienen en común que el sabor es muy neutro y plano, y que la textura es menos cremosa. Es una textura más similar a un flan.
Tarta de queso sin horno con gelatina
Estas tartas son muy sencillas de hacer. Para ello, puedes escoger diferentes tipos de gelatina, aunque la más sencilla de encontrar y usar es la gelatina en hojas. Para ello, debes hidratar en agua fría estas láminas hasta que se ablanden. Esta gelatina, una vez ablandada, deberá sumarse a la nata caliente que añadas a la recetade tarta de queso, disolverla en ella y luego añadirle el resto de los ingredientes.
La magia de la gelatina, que logrará que tu tarta cuaje, tendrá lugar una vez metamos la mezcla en el molde y posteriormente en la nevera. Tras unas cuantas horas, la tarta de queso sin horno y con gelatina estará lista.
Tarta de queso sin horno con cuajada
La cuajada, se vende en sobres, funciona de forma muy similar a la gelatina. Se debe añadir a la nata caliente para disolverla, y luego mezclarla con el resto de los ingredientes. Nuevamente cuajará cuando metamos la mezcla en el frigorífico. Aunque la textura es muy similar a las tartas de queso con gelatina, hay que señalar que las que se hacen con cuajada tienen un sabor un poco más pronunciado. Si lo que quieres es que nada enmascare el sabor del queso lo mejor es usar la gelatina, siempre con sabor neutro.
Tarta de queso con horno
Otra forma de hacer una tarta de queso es al horno. La acción del calor cuajará esta deliciosa tarta y dejará una textura mucho más cremosa. Aunque son tartas realmente deliciosas, son mucho más complejas, tanto en encontrar el punto de cocción, como para encontrar el equilibrio de sabores.
En estas tartas el huevo es determinante, pues será el encargado de cuajar la mezcla. Dependiendo de la receta, podrán llevar yogures, dulce de leche, leche condensada, vainilla, limón. Pero los imprescindibles siempre serán el queso crema, la nata, los huevos y el azúcar.
Aunque muchas recetas simplemente piden que metamos el molde en el horno y esperemos, hay otra variante un poco diferente. Se trata de meter el recipiente dentro de una fuente de agua y meter ambos en el horno. Así, la tarta se haría al baño maría. La diferencia es que estas tartas salen aún más cremosas.
Tarta de queso salada: quiche
No todas las tartas de queso son dulces, también tenemos las tartas de queso saladas. La quiche, por ejemplo, es una excelente receta que puedes servir en los entrantes de cualquier comida. El secreto en este caso es mezclar nata, huevo y queso. Al meter estos ingredientes en el horno, a los que se suman desde bacon hasta champiñones o puerros, se cuajarán creando una deliciosa y esponjosa tarta que podrás servir caliente o templada.