"¡Echa primero la sal! ¡No, el aceite! ¿Por qué le has puesto el vinagre primero?" Esta es una de las conversaciones más habituales que surgen en la mesa a la hora de aliñar una ensalada. Cada uno tiene su propia manera de aliñar este tipo de plato; sin embargo siempre queda la duda de cuál debe ser el primer ingrediente del aliño de la ensalada. Por eso, hemos querido recopilar los pasos necesarios para aliñar una ensalada y cuál debe ser el orden que debe seguir dicho aliño.
Cómo aliñar una ensalada: paso a paso
¿Quién dijo que el orden de los factores no altera el producto? En el caso de las ensaladas, esta regla no se cumple. Pese a que echar sal, aceite y vinagre pueda parecer la tarea más sencilla del mundo, resulta que si no los añadimos a la ensalada en el orden adecuado podemos cometer un grave error que afectará tanto a la textura como al sabor de la ensalada. Parece mentira que un sencillo aliño de 3 ingredientes pueda provocar tanta controversia ¿verdad? El motivo por el que es tan importante el orden del aliño tiene base científica aunque no lo parezca, ya que la composición de algunos de los ingredientes alteran la de los otros.
- La sal: cuando echamos la sal en primer lugar, los ingredientes de la ensalada pueden absorberla y así potenciar sus sabores.
- El vinagre: este tiene un alto porcentaje de agua que permitirá que los restos de la sal que no ha sido absorbida por los vegetales, sea diluida con la ayuda del vinagre.
- El aceite: este debe ser el último ingrediente del aliño debido a su consistencia. Cuando echamos el aceite se crea una capa resbaladiza que impide que puedan traspasar otros ingredientes y sean absorbidos por los alimentos. De ahí la importancia de que el aceite sea el último a la hora de aliñar las ensaladas.
Además del orden del aliño, hay otro factor importante que debemos tener en cuenta antes de aliñar una ensalada: el tiempo. Lo ideal es que el aliño empiece poco antes de servir la ensalada, ya que la sal deshidrata y si permanece durante mucho tiempo en contacto con los vegetales acabará por deteriorarlos. De hecho, no es recomendable guardar una ensalada ya aliñada de un día para otro por dicho motivo.
Igual de importante es el orden y el tiempo como medir las cantidades del aliño de nuestras ensaladas. Ya lo dice el refrán, "hay que ser prudente con la sal, tacaño con el vinagre y generoso con el aceite", sino corremos el riesgo de tener ensaladas saladas, ácidas o secas.
¿Qué pasa si no seguimos el orden correcto en el aliño de una ensalada?
Es posible que haya quien ose contradecir a la ciencia y saltarse el orden expuesto a la hora de aliñar las ensaladas. Pero entonces deberá hacer frente a las consecuencias que ello conlleva en nuestras recetas porque no sólo afecta a las ensaladas de lechuga o tomate, sino también a las ensaladas de legumbres, de pasta, de cereales como la quinoa...
- Ensaladas insípidas: si decidimos saltarnos la norma de primero la sal, después el vinagre y por último el aceite, la película que crea el aceite impedirá que la sal impregne los ingredientes de la ensalada y que la composición acuosa del vinagre resbale sobre la capa de aceite, por lo que la ensalada tendrá un sabor y una textura predominantemente aceitosa.
- Exceso de sal: sobre todo si decidimos apostar por la sal gorda. Si no aliñamos primero con la sal y después el vinagre, la sal no se disolverá en los ingredientes de la ensalada. Si además el orden lo invertimos de forma que la sal sea la última del aliño, notaremos los granos de sal en cada bocado.
Aprende a preparar aliños perfectos para tu ensalada