Cómo aprovechar los alimentos para presentar tus platos
¿Te suena la expresión “comer por los ojos”? El aspecto de los alimentos influye mucho en las decisiones que tomamos con respecto a ellos. Por ejemplo, a nadie se le ocurre comprar un pescado de aspecto apagado o una fruta machacada. El primer sentido por el que entran los alimentos es por la vista, es a través de ella que nos entran las ganas de consumirlo.
Conseguir una buena presentación es pues fundamental para nuestros platos, lejos de lo que podemos pensar, es una función del cocinado que no resulta cara en absoluto y en la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad. Si conseguimos sorprender positivamente a nuestros comensales con el aspecto del plato ya tenemos un punto ganado, pues es más que probable que deseen probarlo.
Aprovechando los alimentos en la presentación de los platos
Un recurso muy socorrido, que no se nos suele ocurrir casi nunca y que además de sorprender queda también muy elegante en las presentaciones de nuestros platos, es utilizar contenedores comestibles para servir ya sea ensaladas, arroces, macedonias, etc.
Contenedores comestibles
En este sentido, tenemos muchas opciones para hacer recipientes originales. Podemos utilizar diferentes tipos de masas: desde la pasta filo, al hojaldre, pasando por la pasta quebrada, la de coca o incluso la de pizza. Para utilizarlas elegiremos el molde que consideremos más apropiado, adaptaremos la masa a su forma y la hornearemos en el horno. Una vez que tengamos el recipiente ya podemos proceder a rellenarlo al gusto. En el mismo sentido podemos aprovechar otro tipo de alimentos como la masa de las empanadillas, los crêpes...
Por supuesto también contamos con otras específicamente destinadas para este efecto como los volovanes o las tartaletas.
¿Se te ha ocurrido por ejemplo que un pan abierto (puede ser un pan de pueblo) puede ser también un recipiente muy original? Utilizar panecillos vaciados puede estar muy bien para realizar servicios individualizados.
Aprovechando la hojas verdes
Utilizar hojas de col, lombarda, lechuga o endivia es una bonita manera de presentar los platos y conseguir que queden muy agradables a la vista. En este caso nos interesa que las hojas tengan una consistencia y permanezcan crujientes el máximo tiempo posible, para ello debemos conservarlas en agua con hielo y secarlas muy bien en el momento de servir. Además si queremos que se queden fijadas al plato un buen truco es pegarlas con mahonesa.
Usos de frutas y verduras como recipiente para presentar tus recetas
Siempre se pueden utilizar las patatas, los tomates, los calabacines, los pepinos o las calabazas vaciados para utilizarlos como recipientes. En la mayoría de estos casos es indicado darles antes de rellenarlos un golpe de horno para que mantengan la consistencia.
En caso de postres o ensaladas cítricas podemos utilizar como contenedores melones o sandías, y si buscamos otros individuales podemos aprovechar las naranjas o los limones que añadirán además su precioso colorido.
Papel comestible
¿No sabías ni que existía? Pues sí, hay un papel que se puede consumir y puede servir de contenedor y de original adorno en tus platos. Hay un chef español, llamado Fernando Martínez Vázquez de Parga que ha creado los “papeles comestibles” uniendo su pasión por la cocina con su pasión por los cómics. Para que veáis hasta que punto se puede dejar hacer a la creatividad.
No obstante, si ves que los recipientes comestibles para tus recetas no son lo tuyo, siempre te quedarán las vajillas originales que por sí mismas realzan cualquier plato y su presentación, pero además podemos utilizarlas para sorprender a nuestros comensales. Servir por ejemplo ensaladas individuales en copas puede resultar muy sorprendente y estético a la vez.
Los contenedores de cristal nos permitirán ver el contenido desde todos sus ángulos, mientras que por ejemplo las ensaladeras y los platos nos darán juego para elaborar otro tipo de presentaciones.