Cocina con vino blanco y potencia el sabor de tus recetas
El vino blanco podría convertirse en la sal de nuestras comidas. Sí, cocinar con vino blanco puede hacer que tus platos tomen un sabor peculiar, diferente y delicioso. Te mostramos algunos trucos para cocinar vino blanco, para potenciar el sabor de tus recetas sin importar si son de pescado o carne.
El vino blanco con tus recetas favoritas
El vino blanco es un ingrediente estupendo para darle un toque de acidez a determinadas salsas y guisos de pescado. No obstante, también es una buena opción para añadir en las cremas que acompañan a pescados y mariscos.
Si bien es cierto que el vino blanco puede aportar matices variados a estos platos, hay que tener cuidado. El pescado y los mariscos tienen un sabor delicado, por lo que es necesario encontrar un vino blanco de acidez equilibrada y controlar, además, la cantidad de alcohol que se pone en cada plato.
Las verduras también pueden verse beneficiadas por el sabor del vino blanco. En este caso, es preferible buscar vinos clásicos, ligeros e incluso con cierto toque afrutado. Un Sauvignon Blanc, por ejemplo, podría ser la pieza clave para tus platos a base de alcachofa, acelga, berenjena o pimientos.
Es cierto que la carne roja queda excelente con el vino tinto. No obstante, el vino blanco es más recomendable para guisar carne blanca como el pollo, pavo o conejo. Aportará aromas sencillos. Un toque sutil menos potente que el vino tino. Un vino blanco espumoso podría ser ideal para este tipo de carne, pues la burbuja del vino ayuda a romper las vetas de la carne en la cocción, dejándolo mucho más tierna.
Cuáles son los beneficios de cocinar con vino blanco
Si bien es cierto que el vino blanco aporta sabor a los platos, no es, ni de lejos, el único beneficio que podemos tener a la hora de usarlo en la cocina. El vino blanco, por ejemplo, posee resveratrol. Se trata de un aminoácido asociado con la longevidad.
El resveratrol del vino blanco reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, así como diabetes. El motivo es que esta sustancia aumenta la cantidad de Omega 3 que hay en nuestro organismo.
Cuerpo sano, sí, pero también mente. Hay estudios que vinculan el consumo moderado de vino con la reducción del riesgo a padecer trastornos de la memoria. Además, hay especialistas que aseguran que un vaso de vino al día reduce el riesgo de cáncer de próstata y esófago.
Las reglas de oro para cocinar con vino blanco
Aunque puede parecer que cualquier vino vale, lo cierto es que existen algunas reglas de oro que nos indicarán mejor cuál elegir. Para empezar, la primera regla es no cocinar nunca con un vino que no te beberías en una copa. Sí, hay muchos vinos que se consideran “vinos para cocinar”. Vinos peleones que jamás tomarías en una copa tranquilamente. Este tipo de vino es más económico, pero no mejorará tu plato.
Otra de la regla que siempre debes cumplir es la de considerar el vino como una especia más. Como el que añade romero o guindilla, el vino debe estar regulado. Respeta las cantidades que exige una receta, teniendo también en cuenta que cuanto más tiempo esté el vino en contacto con la comida, mayor integración de los sabores y aromas en el resto del plato.
Trucos para cocinar con vino blanco
Siempre hay pequeños truquitos que podemos poner en práctica fácilmente en casa. Por ejemplo, las salsas más cremosas quedarán mejor si cocinas el vino por separado. Redúcelo a la mitad y luego agrega la crema.
Si estás cocinando verduras salteadas, un buen truco es salpicar la sartén con algunas cucharadas de vino para que se cocine con su sabor.
Es posible añadir un poco de vino en los adobos para que ayuden a ablandar la carne y se caramelice durante la cocción. El vino espumoso, como hemos dicho, es especialmente útil en esta tarea.
Además, recuerda que cuanto más cocines el vino, menos alcohol habrá en el plato. Si quieres eliminar completamente el alcohol de la receta, puede estar hasta 3 horas a cocción muy lenta.