Batir con tenedor o con varillas ¿qué es mejor?
El huevo es un ingrediente muy recurrente en todo tipo de recetas. Es esencial para hacer tortillas, por ejemplo, pero también para incluirlo en repostería, ya sea en cremas o incluso en masas. A la hora de batir un huevo, podemos hacerlo de diferentes formas, o bien con tenedor o bien con varillas. La diferencia es bastante importante; y es que no será lo mismo hacerlo de una forma u otra.
Diferencia entre batir un huevo con tenedor o con varillas
Quizá lo más importante es ser conscientes de que el producto no queda igual. No, no es lo mismo batir con tenedor que con varillas. Las varillas, ya sean manuales o eléctricas, se usan para dejar los huevos más esponjosos. Cuando usamos estos utensilios de cocina, lo que estamos haciendo en realidad es introducir más aire a la preparación. Esto hace que los huevos queden completamente unificados, y que puedan llegar a texturas como el punto de nieve, imprescindibles para determinadas recetas.
En el caso del tenedor, cuando lo usamos para batir huevos, en realidad estamos mezclándolos. Sólo estamos removiéndolos, algo perfecto para hacer recetas como una tortilla o simplemente huevos revueltos ¿Significa esto que no puedo hacer una tortilla con varillas? No, pero la textura será diferente. Una tortilla batida con varillas será muchísimo más esponjosa, quizá un poco más gruesa.
Con esto, podemos llegar a la conclusión de que son tan válidas las varillas (eléctricas o manuales) como el tenedor. Todo dependerá del tipo de preparación que quieras hacer.
Con un tenedor hacemos movimientos rápidos, pero sin incluir aire en el proceso. Con las varillas, debemos hacer un movimiento circular de abajo hacia arriba y no en horizontal, para incorporar así el máximo posible de aire.
Esto es lo que podemos cocinar con los huevos batidos
Trucos para batir los huevos correctamente
Una de las preparaciones más recurrentes a la hora de batir huevos con varillas es dejarlos en punto de nieve. Sí, podrás observar este estado en muchas recetas, por ejemplo, para hacer un merengue. Lo primero que hemos aprendido ya, es que esto debe hacerse con varillas, pero, además, hay otras cosas que tenemos que tener en cuenta.
- Los huevos siempre deben ser frescos. Escoger huevos que no sean frescos no darán el mismo resultado.
- Se pueden separar las claras de las yemas el día anterior y guardarlas en un tazón en la nevera cubierto con un film transparente. Separa perfectamente la clara de la yema sin dejar restos, pues la presencia de grasa impedirá que la clara se bata bien.
- Antes de batir, recuerda sacar los huevos de la nevera por lo menos una hora antes. Es necesario que estén a temperatura ambiente.
- El recipiente en el que batas los huevos también es importante. Para empezar, debe estar completamente limpio. Se recomienda que sea de vidrio o metal. Es mejor evitar el plástico, pues en estos recipientes es más fácil que queden pequeños restos de grasa.
- Puedes usar varillas manuales o eléctricas. No obstante, si usas las eléctricas, primero sería necesario batirlas con tenedor par que quedarán unificadas. Posteriormente usa las varillas.
- En muchos sitios leerás que puedes añadir sal, pues favorece el proceso de batido. No obstante, no debes usarla; y es que, una vez obtenida la espuma, se inicia una separación de las moléculas de agua que lleva a la desestabilización de la espuma obtenida.
- Por otro lado, muchos recomiendan el uso del zumo de limón en pequeñas cantidades. Si se añade previamente a las claras, podrás batirlos de forma más fácil y la espuma será más estable. Además, obtendrás un color mucho más blanco. No obstante, nunca añadas más de dos cucharaditas con zumo de limón, pues podría afectar al sabor final de los huevos.