Los amantes de los restaurantes asiáticos habrán visto en alguna ocasión el Edamame como entrante. Sí, es un ingrediente muy común en la cocina asiática, aunque cada vez lo vemos más presente en nuestra propia gastronomía. Se trata de unas vainas de soja que están realmente buenas, además de contar con un montón de beneficios para nuestra salud.
¿Qué es el Edamame?
La soja es uno de los tipos de leguminosas más versátiles y recurrentes dentro de la industria alimentaria. A partir de la soja se pude hacer harina, aceite, salsa o miso, entre otros. En la cultura Oriental, son expertos en trabajarla. Así, además de producir ingredientes derivados de la soja, también sacan el mayor provecho de esta legumbre usando su vaina.
El Edamame es el nombre que recibe la preparación culinaria de las vainas de soja inmaduras. Estas son hervidas en agua con sal y servidas completamente enteras. Es algo común en cocinas orientales como la de Japón, China, Taiwan o Corea.
Para hacer el Edamame correctamente, las vainas de soja deben recogerse antes de madurar. Muchos cocineros cortan los extremos antes de hervirlas. Asimismo, la cocción de este ingrediente pude hacerse en agua o vapor, siendo el último el método de cocción que más se emplea en oriente. Si bien es cierto que se pueden consumir calientes, normalmente se suelen servir cuando ya están frías.
Origen del Edamame
Para encontrar el origen del Edamame hay que remontarnos hasta 1275. De este año proviene una nota manuscrita de Nichiren, un monje budista japonés. En la nota, el monje daba las gracias a sus fieles por haber llevado el Edamame a su templo.
Un poco más tarde, en 1406, durante la dinastía Ming, también se encuentran referencias al consumo de Edamame. No obstante, en esta época su nombre era conocido como maodou. No se registraría oficialmente como Edamame hasta el año 2003, por lo que seguirle la pista a este plato es bastante complicado.