Dentro del mundo de la cocina si utilizamos el término pluma podemos estar refiriéndonos a un tipo de carne, la que procede precisamente de las aves que presentan un plumaje. Pero es mucho más fácil que nos estemos refiriendo a un tipo de corte, el corte pluma.
Corte pluma
Se trata en realidad de un corte muy sencillo, casi es más fácil hacerlo que explicarlo. El corte pluma se aplica solo a un ingrediente concreto como es la cebolla. En realidad, es un corte muy similar al corte en juliana que prácticamente conoce todo el mundo, de hecho a veces se utilizan como sinónimos.
El primer paso para hacer el corte a pluma, es pelar la cebolla con la que vayamos a trabajar, posteriormente tenemos que partirla al medio. Como siempre en cualquier trabajo de cocina, debemos hacerlo con el instrumento apropiado, en este caso un cuchillo de verdura de punta centrada, que tendrá el tamaño y la forma precisos para realizar esta función.
Una vez que hemos partido la cebolla a la mitad, colocamos la cara cortada sobre una tabla de corte, lo hacemos así buscando la máxima estabilidad a la hora de trabajar y empezamos a cortar la cebolla muy fina, buscando trozos de aproximadamente 2 milímetros de grosor. Aprovechamos los gestos oscilantes que nos permite el cuchillo y protegemos nuestros dedos. Los cachos que están colocados a los extremos, que marcan el principio y el final del corte, los desechamos.
Al efectuar este corte las distintas capas de la cebolla se van separando con lo que al final obtienen una forma de pluma acorde con lo que el nombre del corte indica.
Se trata pues de uno de los principales de cortes básicos del mundo de las verduras junto al corte en juliana, el corte brunoise, el mirepoix o el corte jardinera.