Hornear en blanco es una técnica de cocina que a veces también recibe el nombre de hornear a ciegas. Se trata de una elaboración para las masas que se utilizan generalmente en la repostería. Consiste simplemente en hornear la masa, sin el relleno o la cobertura que le dará el aspecto final, es decir se trata de una especie de precocción. Conoce mucho más en nuestro glosario de cocina con los términos más importantes.
¿Por qué puede ser necesaria este tipo de elaboración? Pues hay varios motivos, el más evidente es que por ejemplo el relleno o la cobertura que lleve la masa no permita ser cocinado. Imaginad por ejemplo una tarta hecha con fruta fresca. Puede también darse el caso de que la masa necesite más tiempo para hacerse que el relleno o la cobertura, sean estos dulces o salados, en ese caso también habrá que proceder a hornearla en blanco.
¿Cómo hornear en blanco?
Cocinando la masa antes variamos sus características. Si una masa cruda es permeable y tomará parte del sabor de los elementos que se cocinen a la par que ella, una masa cocinada, aunque sea parcialmente, adquiere la condición de impermeable y por lo tanto mantendrá su textura crujiente.
Su elaboración es muy sencilla, una vez estirada convenientemente la masa, la colocaremos en un molde previamente engrasado, como haríamos en cualquier cocción al horno. Después la pincharemos con un tenedor en varios puntos, la finalidad de hacer esto es evitar que con la cocción la masa encoja.
Además, una vez colocada procederemos a cubrirla con un papel de aluminio o papel vegetal y colocarle algo de peso. En la cocina tradicional siempre se han utilizado para este fin garbanzos o alguna otra legumbre, aunque actualmente ya se pueden encontrar en el mercado cadenas de pesos para hacer tartas, o bolitas sueltas.
Dependiendo de cuál sea el tipo de masa que vayamos a hornear: quebrada, brisa, hojaldre…procederemos a una temperatura y tiempo de horneado.
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