Seguir una dieta sana y equilibrada es imprescindible para mantenernos sanos, pero todavía lo es más si estás embarazada. El embarazo hará variar ligeramente tus hábitos a la hora de comer, y será imprescindible cumplir con las 5 comidas diarias. El desayuno y la merienda son dos de las más importantes, así que no te pierdas las tres recetas para embarazadas que vamos a ver para disfrutar de desayunos y meriendas de lo más saludable durante el embarazo, que te ayudarán a llevarlo lo mejor posible.
Crepes de frutas
Para desayunar, de merienda o de postre después de comer o cenar. Los crepes de frutas son algo que nunca falla, e independientemente del momento del año en que te quedes embarazada siempre podrás utilizar fruta fresca para prepararlas. Necesitarás 125 gramos de Harina de Avena HSN Raw -una marca con un buen número de productos formulados específicamente para embarazadas-, 3 huevos, 225 ml. De leche, 75 g. de mantequilla o margarina, 50 g. de azúcar, media cucharadita de sal y 250 gramos de fruta. Además, siempre la puedes decorar con un poco de nata, zumo de naranja o de Chocolate proteico de HSN Foods.
Derrite la mantequilla o margarina sin que se queme y apártala en un bol. Bate los huevos en un bol grande, tamiza la harina de avena y mézclala sobre los huevos con el azúcar y la sal hasta obtener una masa. Añade la mantequilla y bátelo todo bien. Tápalo con papel film y déjalo reposar. Pasados los 60 minutos añade un poco de aceite a una sartén pequeña y, cuando se haya calentado, cubre el fondo con la masa. Dale la vuelta cuando esté sólida, y ya solo te faltará añadir la fruta cortada para tener tus deliciosas crepes de frutas.
Galletas de manteca de cacahuete
La mantequilla de cacahuete es uno de los grandes desconocidos, pero consumida con moderación nos aporta folatos, imprescindibles para la salud del bebé. Para unas 40 o 50 galletas necesitamos 250 g. de harina de avena, una cucharadita de café de bicarbonato, 75 g. de azúcar moreno, 100 g. de azúcar blanquilla, un huevo, 115 g. de mantequilla, otros 115 g. de mantequilla de cacahuetes natural, una pizca de sal y extracto de vainilla.
Antes de ponerte manos a la obra, deja la mantequilla fuera de la nevera. Mezcla en un bol la harina de avena, el bicarbonato, el azúcar moreno y la sal, y en otro recipiente bate el huevo con el azúcar blanquilla y añade el extracto de sal. Una vez batidas las dos mezclas, únelas hasta conseguir una masa homogénea y maleable que reposará unos 60 minutos en la nevera tapada con papel film. Luego divide la masa en porciones de unos 15 gramos, rebózalas en azúcar y ponlas en la bandeja del horno. Puedes hacerle marcas, y tras otros 50 minutos en la nevera hornéalas unos 12 minutos a 185º.
Tazones de avena: ¿caliente o fría?
De nuevo según la época del año en la que estés te apetecerá más disfrutar de la avena fría o caliente. Con 100 g. de avena, medio litro de agua y un edulcorante bajo en calorías tenemos un buen desayuno o una buena merienda a base de avena. Basta con hervirla en el agua durante unos cinco minutos y añadirle el edulcorante. También la puedes endulzar con un poco de canela, o con una cucharadita de mermelada baja en azúcar, como hacen en Gran Bretaña con su famoso porridge.
La versión fría la podemos preparar en forma de batido, para lo que añadiremos a la licuadora la harina de avena con leche y fruta. Si quieres endulzarlo un poco más le puedes añadir el chocolate proteico de HSN Foods o algún edulcorante bajo en azúcar. Mézclalo todo bien, y tendrás un delicioso batido al que siempre puedes añadir unos cubitos de hielo para que esté aún más frío.